25 abr 2010

El rey

A Daniel Mahecha, para quien en estos difíciles días es neyilocusamente lobedor crear tan bellas palabras.

Caen, uno a uno, todos los filiopos, que hasta hace poco se hallaban revoloteando entre las palmeadas figuras de esos ostentosos firunos, de los cuales la silueta apenas visible hacían notar su tamaño. Sin duda 20 o 30 figunes, decía Reuel con algún aire de interminable admiración, e inmediatamente, como si siempre fuera escrita la historia para deformarla con sus repeticiones, sostenía su fantástica historia en la cual cuando era más joven podía llegar hasta la copa y bajar de allí los nidos de las jujinas, oh pobres jujinas, pobres y cuadradas jujinas, vuelan poco, caminan mucho, trepan alto y saben como para gumarse los polpos, y sin duda eso hacíamos cada vez que podíamos salir a cazar, aunque sin aquellas especiales flechas de Reuel era casi imposible alcanzar a esas traviesas.
Aún así los tiempos pasados fueros pasado, y ahora soy el rey y él el más noble mirtopo, las junlas caen cada vez más lento, y las kalintas son cada vez más oscuras, más silenciosas, aunque nunca la kalinta es silenciosa, puesto que siempre habrá alguno que otro jipio kaluntiturno que fifia, kunpe, polpa o simplemente corre en medio de la toluma, en medio de la incesante toluma que no tiene límites, pues extiende más allá que lo que ojo de cualquier mirtopo ha podido ver, aún los más viajeros, aún los más valientes, aún el mismo Reuel, aún Mertel, Sontis, Rora (aunque pareciera nombre de gunfia, en verdad es polco), aún del mismo Pritóon, mi querido gruto y el más sabio de todos, el más valiente mirtopo que en alguna mirta haya participado.
pero como detenerme en detalles, si soy ahora el rey y día a día he de hacer esta tortuosa ceremonia, escribir mis golpas, situarme en este monfio, prestar de mi plansio, es decir, el plansio real, aquel que por generaciones ha tenido tal noble labor de escribir la historia del reino, y por eso mismo soy rey, por noble y fiel detallista, vano hablador y ahora escritor, esclavo y escritor, esclavo y antes libre, siempre por hablador, pero ser rey no es elección, se diría que es la elección de gool, quien da su palabra a hinfo, y en la homonza hace lo mismo al pueblo, divulgar, divulgar, el habla mejor, tal vez, tal vez es mejor mentiroso, mejor escritor que yo, tanto así que el pueblo vive y muere por gool, y muere literalmente, puesto que si así lo dicta así será, y hoy estas golpas serán fiel testigo del designio de gool, tal vez su último designio, esta kalinta la muna es clara y en ella los monopes se apiadan de mi insomnio, bendito y condenado, condenado a ser odiado y a cambio dar vista al ciego, mañana tal vez otro escriba que hinfo a muerto, si gool así lo quiere, y lo quiso. el último filopo a dejado de revolotear.

2 comentarios:

  1. Leo una y otra vez este fascinante texto y quedo más convencido de que el lenguaje es intuitivo, es algo así como una predisposición psicológica natural en el ser humano, pues aunque la creación de palabras parece aleatoria en un comienzo, crea imágenes mentales claras y por tanto permite entender la historia en su totalidad. ¡Fascinante!

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  2. Muchas gracias David, la idea era explorar hasta dónde el lector llegaría, pero veo que es posible una conexión no conceptual en el lenguaje, me atrevo a decir "sonora". P.d. Perdón por demorarme en contestar.

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