21 abr 2011

E.

Entonar, esa es la cuestión. Shakespeare desaparece un instante del medio de la multitud, para reaparecer en la figura de un niño, palabras más, palabras menos, es una avalancha la que emite coros, indistintamente, disonantes, al parecer, pero es esa discordia la que me lleva a alabar su hazaña, pues han rebasado lo que mi entendimiento permite coincidir como complejidad, han permitido que diga, es simpleza. Detrás, delante, alrededor, encima mío, no eran pesados, pero se aseguraban la misma empresa, el terror. Bella nota la de aquel, qué poco entiende este joven, mira, el de allá, ni se esfuerza por emitirlo, es hermoso, el silencio, ese imperio de lo mínimo, atiende a lo que experimentas, atiende a todo. Pero, no me es posible, como llegar al momento justo, a todos los lugares. Entonar, esa es la cuestión.